viernes, 29 de enero de 2016

DISCAPACIDAD : Cómo dirigirse a una persona con discapacidad - DIVERSIDAD FUNCIONAL

DISCAPACIDAD (DIVERSIDAD FUNCIONAL)

Seguramente te habrás preguntado en más de una ocasión cómo debe ser tu trato hacia una persona con discapacidad. Posiblemente tengas algún compañero o compañera en el trabajo, algún vecino, conocido o amigo que se traslada en silla de ruedas. Tal vez, simplemente, sientas cierta curiosidad o miedo al dirigirte a algún discapacitado que te encuentras por la calle, y te preguntes: ¿le estaré ofendiendo? ¿tendré que ayudarlo? En más de una ocasión, puede que hayas querido ayudar a un ciego, por ejemplo, a cruzar la calle, y no te has atrevido a proponérselo o no has sabido cómo hacerlo. Aquí encontrarás las respuestas a todas estas preguntas que te rondan la cabeza.
Como no todas las discapacidades son iguales ni las personas que las sufren tienen que enfrentar los mismos problemas y dificultades, trataremos cada caso por separado. No obstante, hay algunas recomendaciones que sirven para encauzar el trato con cualquiera de ellas.

Consejos generales a la hora de establecer un primer contacto o una conversación con una persona con discapacidad

  • No tengas miedo. Lo primero de todo es perder el miedo y no dejar de comunicarse con una persona, probablemente estupenda pero diferente, que puede aportar mucho y que puede enriquecer tu vida, tu forma de pensar, tu actitud y tu mentalidad. Piensa que estás hablando con una persona normal que tiene unas características distintas a las tuyas y unas dificultades concretas a las que se tiene que enfrentarse con o sin ayuda.
  • Naturalidad y sensibilidad. Habla con naturalidad, sin paternalismos. Se trata de una persona con dignidad como tú. Si notas que necesita ayuda no dudes en preguntarle si la precisa y cómo hacerlo.
  • Cuida un poco el lenguaje pero sin miedo. Como decíamos, solo se necesita algo de sensibilidad y no olvidar la dignidad. Evita expresiones que “cosifiquen” al discapacitado y las frases de falsa compasión. En concreto, no es apropiado decir “te llevo”, “te traigo”, “pobrecito”, etc. En su lugar, es mejor: “¿le ayudo a ir a…? ¿necesita ayuda para…? etc.
  • Háblale directamente. No te dirijas a la persona que lo acompaña prescindiendo de su presencia o de su protagonismo.
  • La persona discapacitada tiene una valía y una dignidad. No la trates subestimándola.
  • Respeta los ritmos. No los marques tú.
  • Cada individuo es diferente. No pienses que todos los discapacitados son iguales. No olvides que son personas normales. Cada uno tiene su personalidad, forma de hablar, educación, formación y cultura, pero todos tienen la misma dignidad de persona que los no discapacitados.
  • No te ofendas si rechaza tu ayuda. A las personas con discapacidad les gusta hacer las cosas por sí mismas dentro de sus posibilidades. En caso de aceptarla, haz solo hasta donde te indique o hasta donde comprendas que lo necesita.
  • Procura ser amable para que ambos estéis cómodos mientras dura la charla, la compañía, la ayuda o el intercambio. Lo mejor es disfrutar; lo mejor es que disfrutéis ambos.

¿Cómo dirigirse a una persona ciega o con déficit visual?

Procura atender a los siguientes consejos:
  • Si vas a iniciar una conversación, toma tú la iniciativa. Ten en cuenta que la persona con discapacidad visual no puede verte o solo ve un sombra.
  • No grites ni lo asustes. No es una persona sorda -a no ser que lleve asociado un déficit auditivo-.
  • Identifícate adecuadamente para que sepa con quién está hablando.
  • No te marches sin avisarlo antes.
  • No te preocupes si, a lo largo de la conversación, se te escapan expresiones como “nos veremos mañana”. No pasa nada. Se trata de expresiones normales y corrientes que se usan a la hora de hablar con normalidad y sin tensión.
  • No sustituyas el lenguaje gestual por el verbal.
  • Si vas a ayudarlo:
    • préstale tu brazo para que se agarre y camina con normalidad.
    • Avisa de los peligros.
    • Cuando tenga que parar  echa un poco el brazo hacia atrás.
    • Cuando haya un tramo de escaleras, avisa cuando se aproxime el primer escalón y el último.
    • Ve informando de los obstáculos, dificultades, giros, cambios de dirección, etc, con algo de antelación.
    • Durante la marcha, evita palabras como “ahí”, “aquí” o “allá”; sustituyelas por “a la derecha”, “a la izquierda”, “arriba” o “abajo”.

¿Cómo debe ser la comunicación con una persona sorda o con deficiencia auditiva?

  • Hablale siempre de frente cuando te esté mirando. Hazlo a su altura donde te pueda ver bien.
  • No hables muy deprisa. Vocaliza bien. Utiliza los gestos que necesites para apoyar al lenguaje verbal.
  • Si notas que no te ha entendido, repite la frase pero con otras palabras.
  • Procura utilizar palabras sencillas, bien pronunciadas y correctas. No hables con palabras sueltas; es mejor construir frases sencillas.
  • Si no lo entiendes, no finjas. Dile que lo repita.
  • Si la persona sorda o con déficit auditivo conoce el lenguaje de signos y hay alguien que lo domine, puedes comunicarte con ella de esa forma.

¿Cómo debe ser el trato con una persona que tiene la movilidad reducida?

Es reconfortante disfrutar de una conversación relajada con una persona con discapacidad
Es reconfortante disfrutar de una conversación relajada con una persona con discapacidad
  • Si la persona se desplaza en silla de ruedas hay que procurar hablar con ella situándonos a su misma altura.
  • Cuando camines con alguien que tiene que utilizar muletas para caminar, ajusta tu paso al suyo sin adelantarte.
  • Para ayudarlo con algún dispositivo técnico, pregunta cómo hacerlo.
  • No olvides que se trata de una persona con dificultades físicas. No es ningún inútil y no está incapacitado. Evita dirigirte a él como si fuese un niño pequeño.

Personas con discapacidad intelectual

Estas personas corren el peligro del aislamiento, del rechazo y de la discriminación. Lo mejor es entablar conversación estando atentos a las respuestas para ir acoplándonos a su nivel de comprensión, de expresión, a sus capacidades, etc.
Es conveniente ponerse a la misma altura al dirigirse a una persona con discapacidad que se desplaza en silla de ruedas
Es conveniente ponerse a la misma altura al dirigirse a una persona con discapacidad que se desplaza en silla de ruedas
  • Utiliza un lenguaje sencillo y demuéstrales cómo se hace con tu propia actuación si es necesario.
  • Dáles órdenes concretas, directas y sencillas.
  • Presta tu ayuda solo hasta donde lo necesiten.

Conclusión

Como ves, comunicarse con las personas que tienen algún tipo de déficit físico, psíquico o sensorial no es tan difícil; lo único que hay que hacer es poner una dosis adecuada de sentido común, naturalidad y buena voluntad.
No te pierdas sus vivencias, experiencias y ansias de superación. Ánimo; solo queda poner estos sencillos consejos en práctica para disfrutar de una buena conversación entre estupendos amigos, tengan estos discapacidad o no.

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Un cordial saludo,
María Luisa Sánchez Vinader
Licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación
Diplomada en Magisterio de Educación Especial y Pedagogía Terapéutica

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